La niña del parque loco
Cuesta vestir lumbre de una pena pasajera,
La visita del loco que canta tras su espera,
Llueve retorcido sobre nuestras taperas,
Agua que no calma las ansias de llorar,
Y pienso no te tengo y jamás volverás,
Desesperado frió enloquecido en el pedregal,
Pero esta lágrima se pierde entre sus gotas al congelar,
Mis nervios y mis venas que calman mi silencioso penar,
Mírame a la cara y veras una verdad,
Mírame dos veces y veré tu favor de amar,
Son dos que no callan que destilan amor y soledad,
Hervidas a fuego lento curtidas en amargura y dolor,
Pena que no calla ardiente corazón,
Vista que se cansa al aliento pecador,
Y una distancia entre vos y el triste perdedor,
Una historia echa leyenda en el olvido feroz,
Tengo verdad tengo razón,
Que al encontrarnos más allá al fin los dos,
Almas rotas que el cruel destino separo,
Juntas ya al fin unidas más allá,
En mares de abrazos y labios al vapor,
Serán solo verdades y un latido veloz,
Y en el parque loco el sentimiento floreció,